Haremos un breve recorrido por las bases argumentativas del discurso prohibicionista y su narrativa criminalizante y violenta. Analizaremos críticamente este concepto desde la biopolítica y la necropolítica, así como desde el feminismo antiprohibicionista y las farmacodisidencias.
La guerra contra las drogas se ha convertido en un sistema de negocio global impulsado por intereses económicos y en la consolidación de ejercicios de poder que tienen la finalidad de extraer recursos y obtener ganancias del terror instaurado en la sociedad a través del espectáculo de la violencia y la impunidad. También veremos cómo el prohibicionismo y la criminalización del consumo de sustancias psicoactivas se sostienen en discursos moralistas, racistas, sexistas, clasistas, e incluso fascistas, que encubren y alimentan estructuras de control de los cuerpos y de sus procesos de subjetivación.
Su origen colonialista data de hace casi doscientos años. Comenzó declarando la guerra a los grupos más vulnerables y precarizados de la sociedad. Después, se convirtió en un sistema de impuestos sumamente redituable. Finalmente, se convirtió en dispositivo de control sobre las sustancias y los derechos de las personas y sus cuerpos, convirtiéndose en una herramienta eficaz para la acumulación y el ejercicio de poder despótico.
¡Pero no todo es catastrófico! También existen movimientos farmacodisidentes y feminismos antiprohibicionistas que buscan implementar modelos de regulación de sustancias bajo los principios de justicia social, derecho al libre desarrollo de la personalidad, la transición del mercado ilegal al legal y la reparación de daños a las poblaciones más afectadas. ¡Nos vemos para dialogar sobre los efectos adversos de esta guerra y las posibles luchas de resistencia!